«Yo
solía escribir,
cuando me sentía triste,
o cuando era feliz.
Yo solía escribir…
Era mi
pasión,
mi gran predilección.
Plasmar con palabras mis sentimientos,
y no dejar nada en mis adentros.
Yo solía
escribir,
y me encantaba hacerlo.
Me hacía vivir, me hacía sentir,
pero un día… Todo se perdió.
Amaba
ponerme ante una hoja en blanco,
dejar que mis dedos fluyesen sin control,
como si no tuviese remos y estuviese en barco,
y dejase que la corriente me moviese a su antojo.
Yo solía
escribir,
pero dejé de hacerlo.
Poco a poco las palabras murieron,
y las musas… ¿Dónde fueron?
Ahora el
silencio reina en mi palacio,
y yo no puedo sino mirar hacia afuera,
a las ruinas, a lo poco que ahora queda,
devastación, oscuridad, vacío.
Yo solía
escribir,
era mi forma de vivir,
mi forma de existir.
Yo solía escribir…»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué se te pasa por la cabeza, Habitante?