Son innumerables las ocasiones en las que me paro a hacerme la misma pregunta: "¿Soy una mala persona?"
Y son otras tantas las veces que le he preguntado a mi entorno si creen que lo soy.
A veces pienso que sí, que soy una mala persona. Al menos en algunas cosas.
Pero luego veo el mundo, veo a la gente... Y no me veo igual que ellos.
Yo jamás trato de hacer daño a nadie, al contrario, siempre intento ayudar a los demás, intento arrojarles algo de luz.
Mi mano siempre está tendida para aquel que la necesita, y mi hombro preparado para su llanto.
Entonces, ¿por qué me pregunto tanto eso?
Como he dicho, veo a la gente, y veo maldad en muchos de ellos.
Personas que necesitan humillar a otros para sentirse mejores consigo mismos, o, en casos extremos, por puro placer.
Yo no puedo entenderlo.
Cuando así lo han necesitado, he apoyado incluso a mis propios enemigos.
He ayudado a gente que sabía que se olvidaría de mí en cuanto su problema desapareciese.
¿Qué placer ve una persona en dañar a otro ser vivo?
Soy consciente de que no todo el mundo posee la misma maldad, pero también sé perfectamente, y lo he sufrido en mis propias carnes, que hay gente que encuentra regocijo en el dolor ajeno.
Y no puedo entenderlo.