martes, 30 de agosto de 2022

Fluyendo

 

Últimamente siento que tengo tantas cosas que decir, que se pisan unas a otras, y soy incapaz de centrarme en una sola.

No sé si es falta de inspiración o, si por el contrario, es un exceso de esta.

Lo que sí es cierto es que tengo mi cabeza llena de pensamientos, y mi corazón lleno de sentimientos.

Me siento más vivo que nunca.
Siento que por fin estoy siendo yo mismo, y dejándome fluir con la vida.

Por eso mismo quiero escribir esta entrada, porque llevo tiempo ya sin publicar nada, y creo que ya es hora.

Pero, realmente, no sé muy bien qué decir.

O tal vez sí lo sepa, pero no soy capaz de ordenar mis pensamientos.

Así que, aquí estoy, dejando que mis dedos fluyan por el teclado, sin pararme a pensar sobre lo que estoy escribiendo.

Este último mes ha estado lleno de situaciones, de sentimientos, de… Todo.

La verdad es que han sucedido muchísimas cosas en el mes de agosto.

Por fortuna, siento que todas han sido positivas.

Ha sido un mes intenso, lleno de emociones. Ha sido un mes maravilloso.

Es lo que he dicho antes, por primera vez en mucho tiempo, estoy siendo yo mismo de verdad. Sin máscara, sin coraza, sin barreras. Solo yo, fluyendo, dejándome ser.

Y se sienta tan bien…

Ahora mismo siento que la vida me está sonriendo, y, aunque todavía queden algunas cosas por mejorar, sé que es cuestión de tiempo que eso suceda.

Tengo la certeza de que, muy pronto, todo va a cambiar a mejor.

Tan solo me queda seguir caminando.

Creo que voy a dejar por aquí esta entrada, no quiero sentir que me estoy forzando a escribir.

Volveré, seguramente pronto, pues todavía tengo muchas cosas que decir, mucho que contar.

Volveremos a vernos :)


sábado, 6 de agosto de 2022

El camino

 

Ya, ya sé que todavía no toca otra entrada.
Pero tengo ganas de escribir, y estoy un poco saturado hoy de la poesía.

Así que pensé en escribir una de esas entradas en las que, realmente, no hablo de nada.

De esas en las que, simplemente, dejo a mis dedos fluir sobre el teclado.

El último año ha estado lleno de cambios. Por suerte, la mayoría han sido positivos.
Diría, incluso, que también puedo sacar la parte positiva de aquellos cambios a priori negativos.

Hace poco escribí una entrada hablando precisamente de esto, de los pasos que he ido dando. Pero la descarté, porque me pareció demasiado escueta y simple.

Pero, si me paro a pensarlo…

Siento que he encontrado el camino.

A lo largo de este año, he conseguido salir de situaciones dañinas en las que me sentía atrapado. Situaciones tóxicas que solo me hacían mal.
Y, por si fuera poco, logré meterme en nuevas situaciones, pero, esta vez, de las que te hacen sentir bien.

También conseguí trabajo, e incluso me salió la posibilidad de dar el salto hacia otro todavía mejor. Y, ¿sabéis? Me arriesgué.
Acepté el nuevo trabajo, y dejé el anterior.
Aunque no todo es tan bonito, pues al final la cosa no salió bien, y me quedé sin ninguno.
No obstante, no me apeno por ello. Al contrario, me alegro de haber sido valiente, de haberme arriesgado, y de haber salido de mi zona de confort.

Por otro lado, comencé proyectos nuevos. He escrito alrededor 200 poemas durante este año, he retomado mi cuarto libro, he mantenido el blog…
Oye, nada mal.

Además, he descubierto muchas cosas nuevas, y me lo he pasado muy bien en el proceso. He aprendido muchísimo en este último año.
He roto con miedos y ataduras, y me he lanzado a situaciones nuevas.

Si lo miro en retrospectiva, me doy cuenta de la cantidad de pasos que he dado, y, la verdad, me siento bien.

Tal y como dije antes, siento que he encontrado el camino.

Y ya no lo volveré a perder.


jueves, 4 de agosto de 2022

Actitud

 


Hace tiempo que tomé la determinación de comenzar a tomarme la vida de una forma muy distinta.

Comprendí que, no podía permitir que los pequeños baches del camino me impidiesen ver el sendero.

Que, por muy pedregoso que fuese el terreno, tengo la capacidad más que suficiente para seguir caminando.

Me di cuenta de que la vida es demasiado bella como para amargarse por cualquier motivo.

Que ahí fuera hay todo un mundo luminoso, lleno de colores, de alegría, de momentos felices… Toda una vida por vivir.

Y, entonces, mi actitud comenzó a cambiar. Poco a poco, pero sin parar.

Comencé a deshacerme de comportamientos negativos, a desprenderme de mentalidades poco positivas.

Comencé a permitirme vivir, disfrutar, y ser feliz.

No voy a negar que he pasado por momentos muy oscuros en la vida, pues eso sería negar mi propio pasado, mi propia historia. Y jamás lo haría.

Pero, lejos de dejar que eso me hunda y me estanque en el lodo, lo he utilizado para aprender, para crecer, para hacerme más fuerte.

Y otra cosa no, pero aprender, he aprendido muchísimo en esta vida.

Me siento feliz.
Me gusto a mí mismo.

Creo que estoy en el camino correcto, que mis pasos me están llevando al lugar adecuado.

Desde que adopté esta actitud, veo todo de una forma mucho más alegre, y yo me siento mucho mejor conmigo mismo.

Desde que me encontré a mí mismo, tomé la decisión de no volver a perderme, jamás.

Jamás dejaré que nada ni nadie cambie mi forma de ser, mi forma de sentir, de pensar, de soñar…

Soñaré, amaré, viviré.

Pase lo que pase, cueste lo que cueste.

Soy quien soy, y nunca, jamás, dejaré de serlo.


¡Poemario!

  Tras un largo periodo de tiempo trabajando en ello, mi pareja y yo al fin hemos conseguido sacar a la luz nuestro pequeño gran proyecto. S...