domingo, 19 de abril de 2020

Primera divagación.

Antes de comenzar esta entrada, me gustaría recomendaros una canción para que escuchéis de fondo durante la lectura:



Y ahora, comencemos.


Buenas noches, Habitantes.

Actualmente, creo que todos sabemos, en mayor o menor medida, las circunstancias por las que estamos pasando en el mundo.
Esta pandemia, tantas muertes...
Pero no, las cosas ya estaban mal antes de todo esto.

Quizás no todo el mundo era consciente, pero, el ritmo de vida que llevaban los humanos...
Estábamos destruyendo el planeta a pasos agigantados.

Miles de animales falleciendo a diario, hectáreas de bosques perdidas, litros y litros de agua contaminados...

Sí, es cierto que la concienciación es cada vez mayor ante todos estos problemas, y que la gente está cada vez más comprometida, pero, hay un gran problema:
Los de arriba, los que tienen el poder de cambiarlo todo, y conseguir vivir en armonía con el planeta, no quieren hacerlo.
El dinero es muy poderoso.

Y ahora, sucede todo esto.

Hay diversidad de teorías sobre cómo ha surgido, de dónde viene...
Unos hablan de una guerra vírica, otros de un animal enfermo, otros de un mensaje de Dios...

Es cierto que todo esto es muy extraño, pero hay una cosa que está totalmente clara, que es tan evidente que saltó a la vista desde los primeros días:

Mientras que los humanos se encierran y enferman, el planeta se libera y cura.

Desde los primeros días se apreció una mejoría en el medio ambiente.
Menos polución, mares y ríos que se empiezan a limpiar, lo que conlleva que especies de peces resurjan, animales salvajes que salen a las calles sin miedo...
Incluso he leído una noticia sobre que una pareja de pandas en un zoológico, que llevaban 13 años tratando de que se apareasen, por fin lo han hecho.

No lo sé, y quizás suene a locura, pero a veces pienso que todo esto tal vez se trate de algún tipo de "llamada de atención" que nos hace el propio planeta, la Madre Tierra.

Si algo está claro es que, pese a la situación tan oscura para los humanos (y las repercusiones que habrá en el futuro), todos tenemos un motivo para alegrarnos.
Y es, precisamente, de que el planeta está sanando.

Pensando en todo esto, un día escribí una carta, como si se tratase de un futuro ficticio, en el que la humanidad llegó a su fin tras todo esto, en la que el último superviviente relata sus pensamientos.

El escrito es el siguiente:

El fin de los tiempos nos alcanzó a todos de imprevisto.
Nadie estaba preparado para lo que se cernió sobre nosotros.

Ningún país, ningún gobierno.
Nadie fue capaz de hacer frente a la dura realidad, a la fuerza de la madre naturaleza.
Cuando empezó el principio del fin, muchos ni siquiera se lo tomaban en serio. Seguían haciendo sus vidas normales, como si todo fuese tan solo un chiste, algo que a ellos no les afectaba en los más mínimo.
Fueron esos insensatos los que lo propagaron, los que, por su propia irresponsabilidad, contribuyeron al final de la especie humana.
La necedad, la histeria colectiva que se adueñó de las mentes de tantas personas…
Otros tantos, hicieron todo cuanto estuvo en su mano.
El personal sanitario, haciendo esfuerzos sobre humanos, tratando de evitar algo que parecía incontrolable. Presionados por un sistema y unos gobiernos que no supieron llevar la situación.
Un gobierno cuya negligencia hizo caer a toda la civilización.
Los sanitarios… Esas personas que constituyeron la última barrera entre el final de los días y nosotros. Esos que sacrificaron sus propias vidas por el bien de la humanidad.
El pueblo se unió, entonando una canción de apoyo a todos y cada uno de ellos.
Pero, no fue suficiente.
Inevitablemente, el virus arrasó con todo cuanto conocíamos.
Todo sucedió tan rápido, que muchos ni siquiera llegaron a darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
Unos pocos, que pasaron sus vidas obsesionados con el final de los días, tenían los recursos suficientes como para equilibrar la balanza hacia nuestro lado.
Pero, la locura ya había corrompido sus mentes incluso antes de que el virus apareciese. Sobrevivieron al caos, pero no sobrevivieron a sus propios actos.
Al final, como todo aquello que comienza, nuestra era pasó.
Los seres humanos, aquellos grandes amos de la Tierra, se convirtieron en polvo, que ahora es mecido de un lugar a otro por el viento.
La supremacía humana que reinó durante milenios, terminó en cuestión de meses, dejando paso a que la propia naturaleza recuperase aquello que le pertenecía desde el principio de los días.
La mayoría dijo que todo aquello era una maldición, pero, unos pocos, afirmaron hasta su último día que, realmente era una bendición, y que, gracias a ello, la Tierra volvería a florecer.
Quizás fue una de tantas llamadas de atención por parte de la naturaleza hacia nosotros, pidiéndonos que cesásemos con nuestra destrucción.
Rogando, suplicando, que cambiásemos nuestra forma de actuar, que viviésemos en armonía con el resto de sus hijos.
Pero, nadie escuchó.
Nadie cambió.
Y, al final, tuvimos lo que merecíamos.
Hasta la próxima, Habitantes, y no lo olvidéis:

Reflexionad, cuestionad, y no dejéis de buscar la Verdad. 

Comienza la ensoñación

Buenas noches, queridos Habitantes.

Finalmente, tras un largo debate entre mí mismo y mis demonios, me he decidido a comenzar este blog.

Antes de comenzar a acribillar este lugar con múltiples divagaciones y locuras, creía conveniente presentar un poco todo esto.

¿De qué trata "Ensoñaciones y Divagaciones"?

Bueno, siempre he sido una persona a la que le encanta contar múltiples reflexiones, anécdotas, y diversidad de pensamientos que fluyen por mi cabeza.
Y, puesto que las personas de mi entorno están un poco cansadas de ser avasallados por mí, creo que no es mala idea publicarlas aquí, y así serán leídas solo por aquellos interesados.

¿Sobre qué escribiré aquí?

Pues realmente no tengo ni idea.
Actualmente, estamos pasando por un confinamiento mundial, y creo que todos tenemos mucho tiempo para hablar con nosotros mismos, y reflexionar sobre todo en general.
Así pues, tengo una serie de textos escritos, sobre ensoñaciones y divagaciones que se han ido pasando por mi cabeza, y las iré publicando según vea conveniente.

Pero, ¿Quién soy yo?

Yo, querido Habitante, soy alguien como tú.
Soy un habitante de las profundidades, como muchos otros.
Alguien, como tantos, que mora en este oscuro y frío lugar.

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Sin más dilación, que comience este extraño viaje.

Bienvenidos.

¡Poemario!

  Tras un largo periodo de tiempo trabajando en ello, mi pareja y yo al fin hemos conseguido sacar a la luz nuestro pequeño gran proyecto. S...