Llevo bastante tiempo sin publicar nada por aquí.
Me fui de vacaciones, y quise desconectar de todo durante la
duración de las mismas.
Y ahora que he vuelto a casa, y la realidad me golpea la
cara, no encuentro fuerzas, ni ánimos, ni ganas para escribir nada.
Llevo días sintiendo una total desidia que me corroe por
dentro.
Realmente no es falta de interés, me sigue haciendo ilusión
continuar con el blog.
Pero cuando no tienes fuerzas para hacer nada, ni siquiera
eres capaz de llevar a cabo las cosas que te ilusionan.
Y así me encuentro yo.
Todo a mi alrededor es un caos, todo parece estar a punto de
derrumbarse.
¿Sabéis ese sentimiento de alerta? Cuando sientes que algo
está a punto de estallar, de que, o actúas, o todo se quebrará irremediablemente.
Y tú quieres actuar, quieres hacer algo. Pero estás atado de pies y manos, no
hay nada que puedas hacer.
Dicen que el tiempo es sabio y lo pone todo en su sitio,
pero… ¿Todo tiene su lugar?
Quizás hay cosas que deben quedarse en suspensión.
¿Cómo podemos diferenciarlas?
Ya estoy desvariando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué se te pasa por la cabeza, Habitante?