La vida… ¿Qué es la vida?
Un día estás arriba, otro abajo…
Subes, bajas, giras… Como una montaña rusa.
No paras de dar vueltas, una y otra vez, de forma caótica.
¿Qué estás haciendo?
A veces sientes que estás a punto de caer desde muy alto, y
a estrellarte estrepitosamente contra el suelo.
Otras veces sientes que estás en lo más hondo, y que ya solo
puedes ir hacia arriba.
Pero… ¿Es así?
Puedes estar en lo más alto, y pese a ello, volar todavía
más. Pero también puedes estar en lo más hondo, y darte cuenta de que todavía
hay un piso inferior.
Puedes subir, puedes bajar…
Lo importante es mantenerte en movimiento, siempre. Nunca te
pares.
Nunca jamás dejes de caminar.
Lo he dicho muchas, muchas veces:
“Sigue caminando, aunque no haya un camino, aunque te duelan
las piernas. Y cuando fallen tus pies, tampoco te pares. Arrástrate si es
necesario, pero nunca, nunca dejes de moverte.”
Porque el movimiento es vida, y mientras quede vida, quedará
esperanza.
A veces es muy difícil mantenerte en movimiento, lo sé.
Hay días en los que no tienes fuerzas para mover ningún
músculo de tu cuerpo, y, ¿qué haces en esos días?
¡Moverte! Tienes que moverte, aunque no puedas. Haz acopio
de voluntad, busca cualquier clavo al que agarrarte, y mueve los dedos. Mueve
los pies, las piernas, los muslos.
Y echa a caminar, hacia delante, o hacia atrás para coger
impulso.
Pero nunca, nunca dejes de moverte.
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