viernes, 10 de julio de 2020

Una vida

A veces se me olvida que solamente tenemos una vida.
Como si, cuando terminen mis días, simplemente fuesen a volver a empezar, pero de otra forma.

Una nueva partida, con un personaje distinto, pero poseyendo la misma mente, mi memoria. Como si fuese a ser yo mismo, en una vida nueva.

A veces me encuentro a mí mismo pensando sobre las cosas que siempre quise, y que nunca tuve, ni tendré. Y, como si de un sistema de defensa automático de mi mente se tratase, un sentimiento, o pensamiento, invade mi mente; algo similar a: "bueno, ya tendré ese algo en otro momento/vida".

Y, entonces lo recuerdo:
Sólo tenemos una vida.
El aquí y ahora, y nada más.
Carpe diem, y memento mori.

Cuando eso sucede, mi cabeza se sume en una espiral de horror, espanto y desesperación, girando sobre un eje de tristeza.
Me siento desolado, decepcionado, y vencido.

¿Es culpa mía? Quizás sí, por no luchar lo suficiente por aquellas cosas que quise. Por rendirme ante los obstáculos que me separaban de mis metas.

¿Es culpa de los demás? Quizás también, por formar una sociedad enferma y podrida, en la que, o formas parte de la Planicie, o serás tachado y humillado. Culpa de aquellos que pusieron los obstáculos que me separaban de mis metas.

¿Es culpa de un "algo" más allá? ¿De Dios? No puedo tener la certeza de que algo así exista, pero, de hacerlo, y ser como algunas religiones afirman, también sería su culpa, por permitir un mundo así.

Citando mi parte favorita de Don Juan Tenorio:
«Clamé al cielo, y no me oyó.
Mas si sus puertas me cierra,
de mis pasos en la Tierra,
responda el cielo, no yo.»


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