¿Sabes
esas veces en la vida en las que sientes que estás golpeando contra un muro?
A veces
empieza como algo inocente, te pones una meta, un objetivo, y luchas por él.
Sin descanso, sin parar.
Pasas
una gran cantidad de tiempo tratando de lograr tu propósito, pero nunca lo
consigues. Y no lo entiendes, si lo has dado todo de ti, ¿por qué fracasas?
Es
entonces cuando te das cuenta, estás golpeando un muro.
Entonces solo te quedan dos opciones: resignarte y abandonar la lucha, o seguir
golpeando el muro.
Muchas
veces decides lo primero, pues, ¿qué sentido tiene malgastar fuerzas en algo que
no vas a conseguir nunca?
Pero
otras decides seguir luchando. Es ahí cuando cierras el puño y te preparas para
golpear con todas tus fuerzas.
Golpeas
una y otra vez, sin descanso, sin temor, sin dudar.
Luchas
sin cesar por aquello que te has propuesto.
A veces
desesperas, pues el muro sigue ahí, impasible, sin siquiera agrietarse pese a
tus esfuerzos. Pero no dejas que eso te haga desfallecer, al contrario, te
envalentonas y tu determinación aumenta.
Continúas
golpeando, incluso cuando tienes ambos puños rotos, golpearás con la cabeza si
hace falta, pero no dejarás que nada te detenga. Nada impedirá que consigas tu
objetivo.
Pasas
días y noches cargando contra el dichoso muro, pues sabes que algún día cederá.
Tiene que hacerlo.
Quizás
llegue algún momento en el que llegues a cuestionarte tu propia cordura, pero
ni siquiera tus propios pensamientos son capaces de disuadirte.
Y sigues
luchando, golpeando y cargando, sin importar nada más.
Vas
haciéndote cada vez más fuerte, consiguiendo más experiencia, aprendiendo a
golpear mejor.
Entonces
sucede algo: ves una pequeña grieta en el muro. Y eso te hace entrar en
euforia.
Golpeas
más fuerte y rápido que nunca, pues sabes que el muro está a punto de ceder.
Cae el
primer pedazo de muro. Puedes alcanzar a ver vagamente lo que hay al otro lado.
Puedes llegar a ver tu objetivo cumplido.
Golpeas
una vez más, y otra, mientras el agujero del muro va haciéndose cada vez más
grande.
Y
finalmente el muro se derrumba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué se te pasa por la cabeza, Habitante?