A veces
las visiones que se apoderan de mi mente me llevan a un estado distorsionado de
la realidad que consigue hacerme dudar de mi propia integridad mental.
¿Estoy
loco? ¿Esto es real?
Quizás
no sea sino una alucinación.
A veces
son esas mismas visiones las que me alientan a echar a correr, lejos de todo.
Desparecer de esta vida que me rodea. No a un lugar físico, más bien huir a un
plano desconocido todavía para mí, en el que no hay nada que me retenga. Nada
que pueda entorpecer el crecimiento de mi espíritu y mi propia mente.
Sé que
no es sencillo de comprender, porque tampoco es sencillo de sentir.
Soy
feliz con la vida que tengo ahora mismo, cambiaría muy pocas cosas, pero, a su
vez, siento que este cuerpo de mortal me aprisiona y me retiene. Me impide
avanzar hacia lugares más elevados que jamás alcanzaré en vida.
Veo,
siento y pienso infinidad de cosas.
Un flujo
incesante de imágenes, sentimientos y pensamientos que son totalmente
imparables.
Una vez
más, como dije hace tiempo, el torrente de pensamientos se apodera de mí, y me
hace perder, un poco quizás, la cabeza.
Pero,
tal y como dije antaño, ¿la estoy perdiendo? O bien, ¿la estoy recuperando?
A veces
es complicado discernir entre lo que es real y lo que es producto de… No sé de
qué.
Pero ahí
sigo, día a día, recibiendo infinidad de información que soy incapaz de
contener. Ecos, tal vez de otro plano, o de otro lugar del espacio tiempo. No
puedo saberlo, y tal vez no quiero saberlo.
Quizás a
veces somos más felices en la ignorancia.
Sin
embargo, siempre he defendido que prefiero una verdad dolorosa a una mentira
dulce. ¿Por qué iba a cambiar eso ahora?
Supongo
que simplemente me siento perdido, como me he sentido siempre.
De
verdad, no quiero que suene a que no valoro lo que tengo ahora, al contrario,
poco a poco, y con mucho esfuerzo, he ido construyendo una vida, luchando cada
día para obtener lo que deseo, y estoy muy agradecido por ello. Hay cosas que
no cambiaría ni en sueños.
No
obstante, me paro a pensar en ciertos ámbitos de la vida y… Me siento perdido.
Siento que
no he encontrado mi camino, y que no lo haré. Porque, diablos, no hay un camino
que encontrar. El camino se hace al andar.
Pese a
ello, desde que tengo uso de razón me persigue ese pensamiento, esa voz
interior que me grita una y otra vez, que me empuja a buscar y buscar.
¿Qué
estoy buscando realmente? Tal vez nunca lo sepa.
Tal vez,
precisamente, en eso consista la búsqueda. Quizás ese sea el sentido.
Vivir
para buscar algo que buscar.
No lo
sé, ni creo que pueda saberlo en esta vida. Aunque eso no me va a quitar de
disfrutar las cosas buenas que tengo, porque, joder, me lo he ganado.
Supongo
que ya encontraré mi camino, si es que debo hacerlo. Quiero decir, tal vez en
mi camino no esté encontrar mi camino. Quién sabe.
Caminante,
no hay camino. Se hace camino al andar…
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Tú mismo lo has dicho al final. Lo importante es seguir queriendo andar :)
ResponderEliminarAsí es. Aunque a veces no es tan importante el camino, sino con quién caminas :)
Eliminar